Descripción
Visitamos la imponente fortaleza de Masada y conocemos los beneficios de las aguas del mar Muerto: una jornada bajo el signo de la cultura y el relax en un atractivo escenario.
Lo que vamos a ver:
Fortaleza de Masada
Mar Muerto
Lo que haremos:
Dejamos el puerto de Haifa rumbo a Masada, una fortaleza tristemente célebre por el asedio al que la sometió el ejército romano durante la primera guerra judeo-romana y por su trágica caída en el 73 d.C.
Tras un breve trayecto en teleférico llegamos a la cima de esta montaña, desde donde se extiende ante nuestros ojos una vista incomparable del desierto rocoso que rodea el mar Muerto.
En compañía de nuestro guía, visitamos las ruinas de la antigua fortaleza, construida por Herodes el Grande en el año 42 a.C. como posible refugio para utilizarla en caso de que se produjera una revuelta judía o de disturbios instigados por Marco Antonio y Cleopatra.
El año 73 d.C., tras la caída de Jerusalén, más de 960 hebreos (soldados, mujeres y niños) se atrincheraron en la fortaleza para protegerse del ataque de los soldados romanos. Y terrible fue la escena que se encontraron los romanos cuando finalmente tomaron la fortaleza: los judíos eligieron el suicidio en masa antes que la esclavitud.
Al finalizar esta sugerente visita dejamos la fortaleza y nos dirigimos al mar Muerto, un lago de agua salada que se formó hace más de 2 millones de años en una depresión situada a unos 400 metros por debajo el nivel del mar.
Nos espera un moderno y confortable hotel y estación termal, donde podemos relajarnos y mimar el paladar degustando un sabroso y fresco buffet.
Tras el almuerzo, disponemos de tiempo libre para concedernos una pausa de relax en la playa o sumergirnos en el lago para disfrutar de todos los beneficios de sus aguas saladas y probar la insólita sensación de flotar sin esfuerzo alguno en el agua.
Lo que te conviene saber:
Se recomienda llevar calzado cómodo de trekking.
El hotel nos proporcionará las toallas.
Es posible que la elevada temperatura y la alta concentración de sal de las aguas del mar Muerto destiñan los colores del bañador.
Excursión no recomendada a personas con dificultades para caminar, tensión baja o enfermedades cardíacas.
El traslado en autocar dura aproximadamente 3 horas y media.
La estación del teleférico está conectada con el moderno centro de visitantes, que debe pasar primero. Además de los recuerdos habituales, también hay productos de joyería y cuidado antiguos, muy interesantes, que se obtienen de la sal del Mar Muerto. El restaurante también está recomendado y ofrece una gran selección de aperitivos y comidas. Llegar desde el estacionamiento a la estación ya es una caminata relativamente agotadora de unos 10 minutos, especialmente porque hace mucho calor allí. También hay muchos escalones para escalar, pero la frialdad dentro del edificio compensa rápidamente este esfuerzo. Las góndolas del teleférico tienen capacidad para 80 personas y el viaje sube rápidamente a las ruinas de la antigua ciudad fortaleza. La vista desde la cima hasta el Mar Muerto es increíblemente hermosa.
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